El empresario Pável es visto como un héroe de la libertad de expresión, incluso, Elon Musk compartió el hashtag “#FreePavel” en X / Twitter tras su arresto en Francia.
Antecedentes de un antisistema
Pável Dúrov, desde los 11 años de edad, mostró su talento por la programación y se obsesionó con su idea de libertad, una combinación que le atraería problemas futuros.
En 2006, con 21 años, creó VK, una red social que los ucranianos usaron en 2013 para levantarse en contra de su entonces presidente, Viktor Yanukovich, por ser prorruso.
Las autoridades rusas le pidieron a Pável que entregara los datos privados de los manifestantes, pero él se negó, lo que provocaría una enemistad —aún vigente— y que dejara su país definitivamente.
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Perseguido por los gobiernos mundiales
Tras verse obligado a ceder VK al Estado, en 2013 y ya establecido en Dubái, fundó Telegram con el mismo principio: no censurar a los usuarios ante la vigilancia de los servicios de seguridad.
Los yihadistas que atacaron París en 2015 aprovecharon el fuerte cifrado de extremo a extremo de la aplicación de mensajería.
De nuevo, Pável se negó a entregar información, aunque sí cerró los canales donde los terroristas planearon el atentado. Desde entonces, el Gobierno francés inició una investigación por la poca moderación de contenido en Telegram.
Esta derivó en su arresto ayer, 26 de agosto, por 12 infracciones penales imputadas a su empresa por complicidad en: difusión de pornografía infantil, fraude, tráfico de drogas y de armas, blanqueo de dinero y por no cooperar con las autoridades como lo exige la ley.
Ante esto, Pável hizo un comunicado que decía: “Telegram cumple con las leyes de la Unión Europea, incluida la Ley de Servicios Digitales: su moderación está dentro de los estándares de la industria” y que “es absurdo afirmar que una plataforma o su propietario son responsables del abuso de esa plataforma”.