Noh Hyun-soo alegó que no había desayunado, pero su chiste tiene un trasfondo de crítica hacia la obra de un plátano en una instalación museística.
Un acto premeditado
El estudiante de artes, Noh Hyun-soo, asistió al Museo de Arte Leeum en Seúl para conocer la polémica instalación del italiano Maurizio Cattelan, la cual sólo se trata de un plátano pegado al muro con una tira de cinta gris.
Esta “obra” se llama “Comediante”, y Noh, plenamente consciente, decidió convertirse en uno: tomó la fruta pese a los gritos de los espectadores, quienes, en un reacción aún más increíble, se espantaron porque dicho joven no respetó el absurdo. Continuó con su broma al comerla hasta la mitad y la regresó a su lugar. Todo quedó grabado por un amigo suyo.
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Según él, no había desayunado, pero con la siguiente declaración supimos que todo se trataba de un acto premeditado: “Dañar una obra de arte también podría verse como una obra de arte, pensé que sería interesante… ¿No está pegado allí para comerlo?”.
Esto luego de considerar al trabajo de Cattelan como una rebelión contra la autoridad.
Y sí, sé lo que piensas, querido lector, un plátano común no podría esconder tantos manifiestos y significados.
¿Cuáles serán las consecuencias?
Considerando que la curaduría del museo cambia la fruta cada tres días y que después de lo que hizo el estudiante coreano la reemplazaron de inmediato, no pasará nada.
“No hay problema”, dijo el “artista”, mientras que el Museo de Leeum decidió no reclamar por daños.
De hecho, esto ya había pasado en el año 2019 en Art Basel, Miami, cuando un artista de performance, David Datuna, también arrancó y comió el plátano.
Esto sólo nos dice que dicha “obra de arte” no tiene valor estético, ni trascendental, ni monetario.