A diferencia de lo que ocurre en otras disciplinas, donde las consecuencias de cometer un error se limitan a quedar detrás de un rival en el marcador o ser eliminado de una competencia, en el automovilismo los protagonistas literalmente se juegan la vida. Pero, así como es elevado el riesgo, también lo es la recompensa. Nada se compara con la sensación de llevar un vehículo hasta el límite, extrayendo cada onza de rendimiento, y cruzar la línea de meta en primer lugar.
Está claro entonces el porqué de nuestra fascinación por los autos y los pilotos que los conducen. Pero lo que muchas personas ignoran es que lo mejor de este deporte no sólo tiene lugar en los glamurosos circuitos europeos como Silverstone o Spa Francorchamps. Las carreteras mexicanas son, desde hace más de medio siglo, el escenario de una carrera que, durante sus dos etapas, ha atraído a pilotos y amantes de los autos de todo el mundo. Hablamos, por supuesto, de la Carrera Panamericana.
La historia
En los años 20 del siglo pasado, una docena de países americanos acordaron la construcción de una carretera que conectara al continente de punta a punta. Este proyecto se convertiría en lo que hoy se conoce como Carretera Panamericana. En el año de 1950, México completó su parte del acuerdo y, para celebrarlo, organizó una carrera que aprovecharía esta ambiciosa obra de infraestructura. Sería una prueba de resistencia con una distancia de alrededor de 3,000 kilómetros. El evento, llamado Carrera Panamericana, se realizó durante cinco años, tiempo en el que acudieron los mejores pilotos del mundo a recorrer el territorio mexicano.
Como explica Lalo León, presidente honorario del evento, “lo que creó la leyenda de la Panamericana fue primero la rivalidad entre las marcas, el automovilismo europeo contra el estadounidense, y segundo que cada quien contrató a los mejores pilotos. Los norteamericanos llevaron a los mejores de NASCAR. Los europeos llevaron a Fangio y Ascari, entre otros”.
Los pilotos a los que alude Lalo, Juan Manuel Fangio y Alberto Ascari, sumarían a la postre siete campeonatos de Fórmula 1 entre ambos. Ese es el calibre de pilotos que participaban en la Panamericana. Una muestra más del enorme atractivo de esta prueba es que Ferrari creó un vehículo diseñado específicamente para ganarla: el Ferrari 340 México de 1952.
Una historia que muchos ignoran y que suena inconcebible en primera instancia es la presencia de Volkswagen en el evento de 1954 con nada menos que los icónicos “vochos”. “Eran muy lentos, con motores de 30 caballos”, cuenta Lalo. “Pero ahí entró el fenómeno de la mercadotecnia. Volkswagen no quería vender performance, sino el concepto de confiabilidad. Los que arrancaron terminaron. A los dos años estaban vendiendo medio millón de coches en Estados Unidos”.
En la actualidad
La segunda etapa no podría haber arrancado de mejor manera y a partir de entonces, la leyenda no ha hecho más que crecer. Han participado figuras destacadas de todos los ámbitos: “expilotos de Fórmula 1, campeones mundiales de rally, Adrian Paul, quien hacía la serie del Inmortal Highlander, y obviamente Pink Floyd”. ¿Qué tiene este evento que lo distingue del resto? “Eran muy influyentes”, dice Lalo sobre David Gilmour y Nick Mason de Pink Floyd, “pero en Inglaterra y Estados Unidos era imposible que les cerraran un kilómetro de carretera para correr. ¡Aquí les cerrábamos 3,000 así que estaban muy contentos!”.
Firmes a pesar de las dificultades
Lalo recuerda que para la edición de 1994, la mitad de los competidores decidieron no participar, esto por el surgimiento del movimiento zapatista justamente en la región donde arrancaría la prueba. “Las noticias que llegaban de Europa hacían parecer que nos matábamos en las calles. La gente tenía miedo de venir”. Optaron por hacer la carrera de cualquier manera. Todo transcurrió con tranquilidad y al año siguiente se llenó de nuevo. Es fácil decirlo hoy, a más de 25 años de distancia, pero mantenerse en pie a pesar de una crisis como esa no fue fácil y algo muy similar ocurrió el año pasado.
“El único evento internacional de motorsport que hubo durante el 2020 fuimos nosotros. No hubo rally mundial. Las carreras programadas en Chihuahua, el Gran Premio de México… nada. Nosotros sí la hicimos. Con pocos coches porque estaban cerradas las fronteras y decidimos transmitirlo vía streaming. Aunque fue deficitaria, sentamos un precedente: que no nos rajábamos y que podíamos hacer las cosas”. Es así como, a pesar de todos los obstáculos, Lalo y su equipo han conseguido organizar 33 ediciones consecutivas de este evento que es un escaparate para lo mejor de este país. “Como elemento promocional para el turismo en México no hay nada mejor”, afirma.
Al igual que ocurría en sus orígenes, en la actualidad la carrera recorre más de 3,000 km con más de 600 km de etapas de velocidad. Para 2021, el recorrido comenzó en Oaxaca y terminó en Saltillo, a través de ocho estados y una enorme variedad de paisajes y ecosistemas. El arranqué fue el día 15 y los pilotos llegaron a la meta de la última etapa el día 21 de este mes.
El reto para los pilotos
El piloto tiene sólo una tarea: conducir tan rápido como sea posible en las etapas de velocidad. El copiloto, por otro lado, funge como navegante y debe darle instrucciones claras y precisas al piloto para que sepa con antelación lo que encontrará en la ruta. Para esto, los equipos recorren los distintos segmentos de la ruta con anticipación, además de que reciben una libreta de ruta que consiste en 410 páginas de anotaciones con referencias cada 100 metros. Imagina Google Maps, pero mucho más detallado.
Los autos que participan en este evento son modelos clásicos, pero son capaces de generar tanta potencia como un superauto moderno y alcanzan velocidades que habrían sido inimaginables cuando salieron al mercado. Algunos modelos que recorrieron el país en la última edición son un Porsche 911 ST 1971, un Aston Martin DB6 1967, un Ford Mustang GT350R 1965 y un VW Karmann Ghia 1971.
La influencia de la Panamericana
El espíritu y atractivo de este evento puede verse reflejado productos de las mejores marcas. La palabra Carrera que acompaña a los modelos Porsche como el 911 Carrera o el Carrera GT hace alusión a la Carrera Panamericana. Lo mismo con el modelo Panamera. Por otro lado, la casa relojera Tag Heuer también cuenta con un modelo llamado Carrera.
En palabras de uno de los protagonistas
Para saber cómo se siente participar en este extraordinario evento, platicamos con Hilaire Damiron, un piloto profesional con décadas de experiencia al mando de algunos de los autos y motos más potentes del mundo. Oriundo de Francia, Hilaire compite en la Carrera Panamericana junto con su esposa, la brasileña Laura Damiron, quien funge como copiloto y navegante.
Hilaire y Laura han formado una mancuerna muy exitosa (fueron campeones en 2016) y a pesar de que ya han recorrido el territorio mexicano en varias ocasiones, este país no deja de sorprenderlos: “Lo que me encanta es la diferencia de paisajes que atravesamos”, cuenta Hilaire. “México es muy rico. Entre Oaxaca y Veracruz es una locura porque estamos en medio de una zona tropical. Luego hay etapas donde ves cactus que nunca más verás en tu vida. También hacemos el Espinazo del Diablo en Durango que es hermosísimo y terminamos en el desierto de Coahuila. Es algo espectacular por la diversidad”.
El auto que conducen en la Panamericana es un Studebaker 1954 con la especificación NASCAR. Su motor V8 de 6 litros desarrolla 680 caballos de fuerza. Eso es más que un Porsche 911 Turbo S 2021 en un vehículo que no cuenta con ninguna ayuda electrónica. “Es totalmente analógico. No tiene control de tracción ni ABS”, explica Hilaire.
Un evento único en el mundo
¿Por qué competir en la Carrera Panamericana? Hilaire brinda dos poderosas razones. La primera tiene que ver con el aspecto mecánico y la experiencia de conducción: “Es la única y última carrera en carreteras donde puedes estar absolutamente a todo lo que da en un auto analógico con más de 600 caballos. Es una experiencia completamente única. Estamos viviendo las horas de gloria del motor de combustión y mientras duren hay que disfrutarlas”. Lalo León hace eco de este sentimiento: “Es un duelo de manejo”, afirma contundente. “La habilidad, valor, talento, preparación del coche, todo eso se conjuga para hacer de Panamericana el mejor evento del mundo en su género.
La segunda razón por la que la Carrera Panamericana es tan especial es que se trata de una gran experiencia humana. “Se forma un equipo increíble entre el piloto y el copiloto”, dice Hilaire. “Además de las personas que encontramos. Cuando ves que todos salen de sus casas en los pueblos es muy emocionante. Vemos gente de todas las edades y es una de las únicas disciplinas de autos en las que cualquier persona puede tocar el auto de carreras y hablar con el equipo. Es la carrera del pueblo de México”.
Etapas de la Carrera Panamericana 2021
- Oaxaca – Veracruz
- Veracruz- Ciudad de México
- Ciudad de México – Morelia
- Morelia – Aguascalientes
- Aguascalientes – Durango
- Durango – Parras
- Parras – Saltillo