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Silvia Pinal es homenajeada en Bellas Artes por su prolífica carrera que la ha convertido en pionera y leyenda de la actuación en México.

Fotografía: N+

La última diva del cine

La belleza de Silvia Pinal, gran diva del Cine de Oro mexicano, sólo es comparable con su enorme talento que abarca varias disciplinas artísticas: canto, actuación y poesía.  

En el homenaje del lunes, organizado por varias instituciones culturales de México, la también actriz, Diana Bracho, inauguró la ceremonia saludando a Silvia Pinal quien iba con la misma elegancia de esa época del cine a blanco y negro. “Hablar de ti es hablar de una artista que ha sido pionera del cine, el teatro y la televisión en nuestro país”, dijo Bracho cuando descansaron los aplausos para una mujer que ha protagonizado momentos relevantes en estos 70 años de entretenimiento. La acompañaron sus hijos, Silvia Pasquel, Alejandra y Luis Enrique Guzmán; también su nieta, Stephanie Salas, y su bisnieta, Michelle Salas. Stephanie adicionalmente participó en la interpretación de las actuaciones de su abuela durante el evento.

Más que una musa

Egresada de Bellas Artes, tuvo sus inicios en el teatro como estudiante del bel canto y ópera. También hizo comedias para radio y varios papeles pequeños en el cine mexicano desde que llegó a él en 1949. Incluso estas actuaciones no estelares le alcanzaron para ganar un Ariel en la década de los 50.

Su salto definitivo a la fama vino con Un extraño en la escalera (1955), filme que fue a Cannes y que mostró a Silvia como una estrella con mucha sensualidad y talento que la llevaron a producir en Italia años más tarde.

Pero la consagración llegó cuando la Pinal buscó a Luis Buñuel para rodar Viridiana (1961), su película más reconocida por ganar la Palma de Oro en Cannes.

Si quieren ver en primera persona la estatuilla o saber más de la carrera de Silvia Pinal, el Palacio de Bellas Artes inauguró la exposición Poética de una vida: Silvia Pinal, visión, cine y creación.

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